Representada por primera vez en el año 441 a. C., Antígona es un clásico que ya leí siendo adolescente y al que he vuelto recientemente. ¿El motivo? María Zambrano ha tenido la culpa. La filósofa malagueña hizo de este personaje mitológico una alegoría de su exilio, plasmándolo en uno de sus libros: "La tumba de Antígona", así como en varios ensayos. La escritora siempre insistió en que esta es la obra de Sófocles, de las casi 130 que se le atribuyen, más cercana a la filosofía. Si a todo esto le sumamos que han salido unas pequeñas ediciones de estos clásicos (Los secretos de Diotima) que incluyen entre sus títulos el que os traigo hoy pues...Vamos allá.
Antígona recibe la noticia de la muerte de sus dos hermanos, Polinices y Eteocles, tras enfrentarse entre ellos en la guerra civil tebana. Creonte, rey de Tebas, tío de nuestra protagonista y de sus hermanos, decreta la prohibición de enterrar a Polinices al considerarlo un traidor, estableciendo la pena de muerte para quien ose desobedecerle. Nuestra protagonista le pide ayuda a su hermana Ismene para honrar el cadáver de su hermano, pero esta se niega por temor a desobedecer el mandato del rey. Antígona no dudará en seguir adelante con su plan.
Rara es la tragedia griega que no plantea el debate sobre qué es lo ético o lo correcto en determinadas situaciones o conflictos. En este caso, la protagonista no duda en desobedecer, inclinando la balanza hacia su fidelidad familiar y su deber de darle sepultura a su hermano. Antígona se presenta como una heroína que prefiere la muerte a traicionar sus principios y aquello en lo que cree, pues una ley humana no puede prevalecer ante una ley divina, mientras que su hermana prefiere no arriesgarse y cumplir con la norma impuesta. Nuestra inolvidable protagonista es un personaje femenino y valiente a la hora de defender los valores que considera esenciales. Dada la poca importancia que tenía entre los griegos la mujer, es notable que esté presente en la obra de Sófocles.
Antígona recibe la noticia de la muerte de sus dos hermanos, Polinices y Eteocles, tras enfrentarse entre ellos en la guerra civil tebana. Creonte, rey de Tebas, tío de nuestra protagonista y de sus hermanos, decreta la prohibición de enterrar a Polinices al considerarlo un traidor, estableciendo la pena de muerte para quien ose desobedecerle. Nuestra protagonista le pide ayuda a su hermana Ismene para honrar el cadáver de su hermano, pero esta se niega por temor a desobedecer el mandato del rey. Antígona no dudará en seguir adelante con su plan.
Rara es la tragedia griega que no plantea el debate sobre qué es lo ético o lo correcto en determinadas situaciones o conflictos. En este caso, la protagonista no duda en desobedecer, inclinando la balanza hacia su fidelidad familiar y su deber de darle sepultura a su hermano. Antígona se presenta como una heroína que prefiere la muerte a traicionar sus principios y aquello en lo que cree, pues una ley humana no puede prevalecer ante una ley divina, mientras que su hermana prefiere no arriesgarse y cumplir con la norma impuesta. Nuestra inolvidable protagonista es un personaje femenino y valiente a la hora de defender los valores que considera esenciales. Dada la poca importancia que tenía entre los griegos la mujer, es notable que esté presente en la obra de Sófocles.
Creonte, por su parte, es el rey, orgulloso y ebrio de poder cuya ambición ha desembocado en tiranía. Dispuesto a cumplir con su amenaza de muerte, desatiende las advertencias de Tiresias (el anciano adivino) y de su propio hijo Hemón, prometido de Antígona, trayendo su actitud fatales consecuencias...
Ambición, poder, ética, el deber religioso y la desobedicencia civil son solo algunas de las cuestiones sobre las que se invita a reflexionar este clasicazo que nunca dejaré de recomendar.
Ambición, poder, ética, el deber religioso y la desobedicencia civil son solo algunas de las cuestiones sobre las que se invita a reflexionar este clasicazo que nunca dejaré de recomendar.
Hola, Cazadora de estrellas :-)
ResponderEliminarNo conozco mucho la historia de Antigona, la verdad, y me gustaría; en algún momento la leeré :-)
Besos.
Algo que tengo pendiente, leer los clásicos griegos y latinos, que los tengo olvidados. Y ésta es una de las obras que más me atrae. A ver cuándo me animo. Gran reseña.
ResponderEliminarBesotes!!!
Yo con esto no te sigo. Sé que lo entiendes. Creo que todo lo cerca que voy a estar de la cosa griega va a ser el AC Odissey. Es que no me entiendo con estas lecturas. Y por cierto, vaya cómo se las gastaban, eran muy crueles y muy intensos.
ResponderEliminarBesote
Hace años leí sobre Antígona, recuerdo lo principal pero no al personaje y sus circunstancias en detalle, no me importaría refrescar la memoria con este libro que nos traes aunque también te digo que no es lo que me apetece leer en esta época.Ya veré que hago.
ResponderEliminarBesos
Me lo apunto para mi padre, que está inmerso en este tipo de lecturas últimamente
ResponderEliminarBesos
Que interesante lo que cuentas de María Zambrano.
ResponderEliminarMe apunto este clásico para leer o para verlo en el teatro. Besos
Lo leí hace tantos años que no me vendría mal una relectura. No conocía además esta colección que nos traes, así que voy a echarle un vistazo.
ResponderEliminar¡Besote!
Me encanta. Lo leí de adolescente, después de ver una representación amateur que me dejó loca. Creo que fue la primera vez que vi un clásico. Lo he leído y releído varias veces. Y siempre me ha causado la misma impresión y me ha hecho preguntarme qué haría yo en una situación así. Es de esos libros que siempre hay que tener a mano. Y que deberían ser de lectura obligada.
ResponderEliminarUn besazo.
Lo leí hace muchísimos años, cuando me dio por leer a los clásicos y ahora prefiero más que leerlos verlos en el teatro.
ResponderEliminarBesos
Me encantan las tragedias griegas!! Visitar Mérida en verano y disfrutar de ellas en el teatro es un placer que me doy de vez en cuando.
ResponderEliminarVoy a echar un vistazo a la colección, mil gracias por traerla!!
La verdad es que hay libros que todos deberíamos leer. Las consecuencias que cada uno saque ya son otra cuestión, pero saber cómo se percibían y "defendían" los valores éticos de hace siglos y compararlos con los nuestros creo que es un ejercicio que vendría muy bien a más de uno. Recojo tu guante y me pongo como tarea leer el libro que , hasta ahora, siempre he visto sobre las tablas. Abrazos.
ResponderEliminarNo descarto animarme en algún momento con estos clásicos, pero por ahora no.
ResponderEliminarBesos.
Un clásico que me gustaría leer, aunque ahora no podría con él.
ResponderEliminarUn beso ;)
No conozco libro...pero puede que me sumerja en él en algún momento. Estos libros son muchas veces, el inicio de otros que se pensaron tras leerlos. Echaré un vistazo. Gracias.
ResponderEliminarFelices lecturas💮☕
No lo conocía, pero me ha parecido todo como muy tremendo, jajaja. Me gusta, se masca la tragedia. Y seguro que está cargado de reflexiones interesantes. Fantástica recomendación.
ResponderEliminarUn beso ;)