“Y si el destino le enviara por lo menos el arrepentimiento. Un arrepentimiento candente, que le desgarrase el corazón, un arrepentimiento cuya espantosa tortura hace pensar en la soga y en las aguas oscuras… ¡Oh, con qué deleite lo hubiera acogido! Porque el tormento y las lágrimas también son la vida… Pero no se arrepentía de su delito”.
Confieso que leer Crimen y castigo era una asignatura pendiente. Lo había intentado en mis años mozos sin éxito (ni siquiera con las adaptaciones juveniles), así que decidí volver a intentarlo, aprovechando la maravillosa edición de Alba Maior que me trajeron los Reyes Magos, siendo en esta ocasión una experiencia muy positiva. La obra más conocida de Fiódor Dostoievski fue publicada inicialmente por entregas en 1866, en doce partes, publicándose posteriormente como novela.
Llegó la hora de volver a asomar a la vida del protagonista, Raskólnikov, un joven estudiante de derecho que abandona los estudios por una combinación de desgana y falta de recursos económicos. Su madre y hermana viven lejos y tampoco navegan en la abundancia, por lo que el joven malvive en una habitación cuyo alquiler también adeuda, teniendo que recurrir a una vieja usurera bastante déspota y egoísta que se aprovecha de las estrecheces económicas ajenas.
Una idea va tomando forma en la mente de nuestro protagonista, la de acabar con la vida de la vieja. Al principio, el solo pensarlo le desconcierta, le perturba, lo llega a confundir con un sueño, pero poco a poco va planificando cómo hacerlo, y no solo eso, sino que se va convenciendo de que es un acto necesario, puesto que la desaparición de la usurera sería beneficiosa para la sociedad. Finalmente, comete el crimen (doble) y a partir de ahí empieza su calvario.
He tenido que llegar a cierta edad para saber apreciar lo que esta joya de la literatura rusa me ofrecía (aunque no niego que en algún momento puntual la lectura se me ha hecho un poco cuesta arriba). Sin duda, el personaje de Raskólnikov es inolvidable, fascinante, complejo y lleno de matices psicológicos, como el libro en sí. Nuestro protagonista no tiene en cuenta algunos factores a la hora de cometer el asesinato: la culpa, los remordimientos...estos irrumpen en su vida con fuerza, hasta el punto de hacerle enfermar, sufrir delirios etc. Pero no está solo en este descenso a los infiernos, haciendo partícipes a los que le rodean: su incondicional amigo Ramujizin, su madre, su hermana, el médico que le atiende o la especial Sonia, hija de Marmeladov, un señor al que conoce en una taberna.
A lo largo de las páginas lo acompañaremos en su lucha interior, en su obsesión de saberse descubierto, de creer que le tienden trampas para incriminarlo. El miedo, la lucha interna, la angustia, la ansiedad convierten su vida en un infierno, en un castigo que va más allá de lo penal. Se vuelve desconfiado (incluso desconsiderado) con los que le rodean. A veces generoso y con buena disposición, otras atormentado, paranoico y perturbado. Un perfil psicológico, insisto, brillante que eclipsa a los secundarios (también maravillosos, ojo).
Una novela policial, reflexiva, social, filosófica...inmensa en todos los sentidos y con varios momentos, a mi parecer, sublimes: el asesinato (narrado de una forma espeluznante y aterradora que pone la carne de gallina) y el final, perfecto y esperanzador.
Un clásico imprescindible en una maravillosa edición de Alba con una nota introductoria reveladora del traductor Fernando Otero sobre las circunstancias en que fue escrita y publicada.
Yo creo que aún no me ha llegado el momento, no por edad sino por cabeza. Creo que no tengo ganas de hacer el esfuerzo que supone una lectura como esta. Sigo teniéndolo pendiente vaya usted a saber hasta cuándo. Es que desde Karenina hace años y varias veces no he vuelto a los rusos y así vamos.
ResponderEliminarLo del crimen no me llama tanto, pero el final es una garantía. Ya veremos. Eso sí, la edición es chulísima.
Besos
La leí por cabezonería hace años. Y me gustó pero creo que no le saqué a la lectura todo lo que hoy podría sacarle. Tendría que animarme otra vez.
ResponderEliminarBesotes!!!
Te felicito por leer a Dostoievski. Yo todavía no estoy en ese club. Me lo he planteado varías veces pero ni siquiera lo he intentado. No sé cuando le tocará pero sé que lo leeré antes o después. No tengo claro lo de comenzar directamente por “Crimen y castigo”, puede que me acerque a su obra con una novela menos exigente como “El jugador”, y después intentaré dar el salto. Cómo ves, de momento sólo son planes para asaltar al autor ruso. Pero nada de pasar a los hechos. Por eso te felicito.
ResponderEliminarUn abrazo.
También es una asignatura pendiente, pero en estos momento creo que no me encuentro con ánimos...
ResponderEliminarBesos.
Tengo muchas ganas de leer esta novela, y con tu entrada me han dado más ganas aún. Un besote.
ResponderEliminarhola! todo un clasico, debemos refrescarlo, que bella portada! gracias, saludosbuhos
ResponderEliminarLo leí hace algunos años y envidio profundamente esa edición, yo lo leí en bolsillo, con una letra diminuta. Me gustó y quizás algún día me anime a comprar esa de Alba y lo relea.
ResponderEliminarBesos
Uy qué buena reseña. Un gran clásico aunque es cierto que en algún momento se hace un poco "áspero". Lo leí hace ya muchos años cuando me dio por leer a los clásicos, los rusos me gustaron mucho sobre todo el tratamiento que hacen de los personajes, como has dicho trabajan muy bien toda la psicología de los personajes y es apasionante ver sus conflictos interiores.
ResponderEliminarCreo que tocaría hacer una relectura porque seguro que advertiría matices que en su momento se me pasaron.
Besos
Lo tuyo es de premio. A mí me parece bastante complejo animarme en estos momentos con una lectura así. No sé si podría realizar ese esfuerzo adicional que requiere. Mención aparte es la edición que tienes: una pasada.
ResponderEliminarBesos
Yo lo leí en esos años mozos de los que hablas, me costó dios y ayuda la cosa así que tengo un sabor agridulce. Supongo que fue un error empeñarme en leer algo para lo que no estaba preparada en ese momento y ahora, no te voy a engañar, no me veo, sudores me entran de solo pensar en ponerme con este título o cualquier otro del autor.
ResponderEliminarBesos.
Para mí también es asignatura pendiente!! Si hiciera una lista con los clásicos por leer, me toparía con otra lista interminable. Besos
ResponderEliminarPues yo soy muy rara, pero leí este libro con unos quince años y me fascinó. Me gustaría volver a leerlo (con esta nueva traducción de Alba) porque si ya me gustó entonces, creo que ahora lo disfrutaría todavía más porque entendería mejor muchas cosas (más vieja, más pelleja). Pero vamos, es un clásico imprescindible que hay que leer al menos una vez en la vida.
ResponderEliminar¡Besote!
Hola preciosidad.
ResponderEliminarTengo la misma edición, que me autoregalé y regalé, peeeeero (tiene que haberlo) aún no he encontrado mi momento de ponerme con él. ¿Quizá este otoño-invierno? No sé, no soy de hacer previsiones lectoras.
Leía en tu instagram lo del tamaño bolsillo respecto a este, y me ha sorprendido un montón lo de las diferencias en la traducción, curioso.....
Besitos.
Si te digo la verdad es un clásico que quiero leer pero que a la vez me impone muchísimo, por eso se me ocurren otros que siempre le adelantan jajajaja.
ResponderEliminarLa edición es una maravilla
Besos
Pues mira, este verano leía "Los hermanos Karamázov" y pensé que "Crimen y castigo" era mejor novela que la de los hermanos. Me refiero a que ambas son muy Dostoievski, claro, pero quizás Crimen me gustó más, me dio sensación de que la recomendaría más que la otra a alguien que nunca hubiese leído al señor Dosty.
ResponderEliminarComparto contigo la sensación de que este clásico de la literatura rusa se disfruta más desde cierta edad, pero sí que es cierto que cuando lo lees de muy joven te dejas transportar con más facilidad por ese "desgarro" emocional de los románticos, ¿no te parece? Es que recuerdo leer "Crimen y castigo" con cierto desapego, disfrutando más de la narración y los personajes (Dosty es un maestro de la narración omnisciente y de la construcción de personajes) que no dejándome llevar por el drama. Besotes.
Me cuestan mucho los autores rusos, lo confieso; no los entiendo. Me tropiezo con actitudes de sus personajes que me dejan con la boca abierta, totalmente descolocada. Todavía me estoy recuperando de El idiota. Sí, lo sé, es un obstáculo que tengo que superar, y lo haré, pero buscaré otra lectura menos "intensa". Abrazos.
ResponderEliminarExcelente reseña, de verdad, sin palabras.
ResponderEliminarUn saludo grande <3
Un autor que siempre me ha dado bastante respeto, me echa un poco para atrás (y en general la literatura rusa), pero tal es el entusiasmo que rezuma de tu reseña, que no descarto leerlo en un futuro. Me has contagiado las ganas.
ResponderEliminarUn beso ;)
Uf, què va, veig que t'ha agradat molt, però no l'acaba de veure per a mi, és massa de personatges i sa trama no m'acaba de cridar s'atenció.
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