Pequeño país. Gaël Faye.


"Lo he intentado, pero no me acuerdo de en qué momento empezamos a pensar de manera diferente, a considerar que, en adelante, habría un nosotros de un lado y, del otro, enemigos como Francis. He dado vueltas a mis recuerdos en todos los sentidos y no logro acordarme claramente del instante en que decidimos no seguir compartiendo lo poco que teníamos, dejamos de confiar y empezamos a ver al otro como un peligro y a crear aquella frontera invisible frente al mundo exterior (...) todavía me pregunto cuando mis amigos y yo comenzamos a tener miedo".


Gaël Faye (1982) es cantante. De hecho, fue una de sus canciones la que cautivó a una editora que vio la oportunidad de hacer con ella literatura. Así nace "Pequeño país", que le ha valido el  premio Goncourt des Lycéens 2016. Hijo de padre francés y madre ruandesa exiliada en Burundi (donde él nació), se vio obligado a huir de su país para salvar su vida.

El libro cuenta la historia de Gaby, una especie de alter ego del autor, un niño de diez años de familia acomodada que pasa el día con sus amigos jugando en las calles, bañándose en un río o haciendo las travesuras típicas de la edad (fumar a escondidas, robar mangos de los jardines ajenos). La vida apacible y sencilla de Gaby se ve interrumpida cuando surgen problemas en el matrimonio de sus padres, pero eso no será lo peor que esté por llegar...El enfrentamiento étnico entre hutus y tutsis da lugar al genocidio entre vecinos y amigos de toda la vida.

Gaby observa cómo el ambiente se va enrareciendo a su alrededor. Camino al colegio presencia linchamientos y episodios violentos que llegan a convertirse en algo cotidiano. La tensión pronto llega a la escuela, donde crece la desconfianza, donde los amigos ya no lo son tanto, donde le obligan a posicionarse, cuando él nunca ha querido pertenecer a una etnia en concreto. El odio se va abriendo paso. Nuestro protagonista intenta mantenerse al margen; intenta refugiarse en la lectura, una afición que descubre casualmente en la casa de una extravagante vecina, pero es imposible estar al margen de lo que está sucediendo. Gaby va siendo consciente de que no va a volver a jugar con sus amigos, ni a bañarse en la playa, ni a reír y jugar como niños. Básicamente,  dejan de serlo.

Con un estilo sencillo, evocador y a veces hasta poético, Faye no se recrea en el sufrimiento, no le hace falta para lograr que la angustia y el dolor vayan más allá de las páginas y llegue al lector, que es testigo de cómo las personas importantes en su vida (empleados de casa, compañeros de colegio, los padres de tus amigos, tus primos y tíos etc.), a los que has ido conociendo a lo largo de las páginas son víctimas de este cruel episodio histórico al estallar la guerra. 

Un libro sobrecogedor, intimista, reflexivo, donde se percibe cierto halo de culpa por haberse salvado mientras sus amigos y familias no pudieron hacerlo. Su vida ya no es la misma (actualmente confiesa seguir sintiéndose muy extraño al estar alejado de su país y se percibe en las entrevistas la huella que queda en él, porque, como bien dice, el genocidio es una marea negra: quienes no se ahogan, van cubiertos de petróleo durante toda la vida. Me ha gustado conocer su historia de Gaby (y la de tantos como él), por lo que lo recomiendo sin dudar.

"La infancia me ha dejado marcas con las que no sé qué hacer. En los días buenos me digo que es de ellas de dónde nacen mi fuerza y mi sensibilidad. Cuando he llegado al fondo de la botella, veo en ellas la causa de mi adaptación al mundo. Mi vida se parece a una larga divagación. Todo me interesa. Nada me apasiona. Me falta la sal de las obsesiones. Soy de la estirpe de los indolentes, pertenezco a esa media perezosa. A veces me pellizco. Me observo a mí mismo en sociedad, en el trabajo, con mis compañeros. ¿ Seguro que este tipo del espejo del ascensor soy yo? ¿ese muchacho que está junto a la máquina de café que se obliga a reír? No me reconozco. Vengo de tan lejos que todavía me asombra están aquí."

Comentarios

  1. Hola!!
    No conocía el libro, pero no me termina de convencer.
    Besitos :)

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  2. Tengo pendiente este libro desde hace meses que leí buenas recomendaciones. Gracias por compartir tu opinión. Un saludo

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  3. ¡Uf! tremenda historia. Y a su vez interesante conocer de primera mano estas terribles situaciones.
    Un abrazo

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  4. Por una vez, y ya me va bien, no me convence. Esta vez lo dejaré pasar.
    Un beso ,)

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  5. No estoy yo para este tipo de lecturas ahora mismo, lo dejo pasar.
    Besos.

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  6. Tiene buena pinta porque además esa infancia me ha hecho recordar la mía, quiero decir lo que comentas de jugar en la calle o hacer travesuras... pero luego el resto, ay! Yo creo que para el otoño. Tengo en la recámera un par de novelas intimistas pendiente. Besos

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  7. Oues la verdad que en este momento no me apetece una lectura asi, creo que me resultaría dura y no lo pasaría bien.
    Un beso

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  8. Podían hacer una versión para todos los públicos ahorrándonos los pasajes de linchamientos y demás atrocidades, que mira que fue cruenta esa historia, todavía recuerdo algunas imágenes de telediario espeluznantes. Aun así, si dices que no se recrea en el sufrimiento deduzco que no se para mucho en esos episodios. Por lo demás y por lo que nos traes de muestra es de esos libros que acabas antes marcando lo que no te gusta o no te dice nada especial o gastas todos los postit del mundo.
    Brutal la definición de Genocidio, en todo el centro de la diana.
    Besos

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  9. Vaya fragmentos, nena.
    Lo quierooo lo quiero lo quieroooo.
    Besos.

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  10. Uf, qué duro, qué duro... Tendré que buscar bien el momento, pero lo tengo que leer.
    Besotes!!!

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  11. No es quizá lo que más me apetece leer cuando llego a casa cansada, me parece un tema duro, pero me gusta lo que cuentas, quizá para más adelante, siempre hay épocas...
    Besos

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  12. Qué acertada es la descripción que da del genocidio... me interesa muchísimo leerlo, pero tengo que encontrarle su momento. Son historias que necesitan un estado de ánimo muy concreto.

    ¡Besote!

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  13. No lo conocía pero me parece una propuesta de lo más interesante, aunque como dicen otras personas parece importante encontrar el momento de leerlo.
    Besos

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