El pasado fin de semana se han cumplido dos años desde que conocí a Alejandro Palomas en persona. Por otra parte, el recién terminado mes de noviembre me trajo sendas sorpresas literarias: el lanzamiento de "Las dos orillas" y el saber que el autor vendría a Málaga a hablar de él y de su recién otorgado Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil. No había mejor forma de celebrar esa especie de aniversario (y más si este nuevo título viene acompañado de las ilustraciones de Fernando Vicente), por lo que compré el libro, lo devoré, y acudí al acto con mis compañeras de triunvirato (y algunas incorporaciones más en proceso de palomización).
Siempre es un placer encontrarse con Palomas, especialmente si compruebas que el premio no se le ha subido a la cabeza. Es tan espontáneo y natural al hablar, que siempre se hace corta su presencia. La charla formó parte de un "festivalito literario" llamado "Pajaritos y pajarracos", que está teniendo lugar en Málaga con el objeto de fomentar la lectura entre los pequeños y jóvenes de la familia. Una maravillosa iniciativa llena de talleres, actividades diversas y con la presencia de las librerías más importantes de la ciudad. Pero vamos al grano.
"Las dos orillas" es, como define el propio autor, una especie de cuento de navidad. Se lee en un suspiro, un suspiro más bien largo si te paras, como he hecho yo, para disfrutar de las preciosas ilustraciones. En teoría, se puede leer de forma independiente a "Una madre" y "Un perro", pero yo creo que sí que es necesario haber leído esos títulos para entender mejor tanto la historia como el alma de los personajes. No quiero entrar en demasiados detalles, pero sí os diré que esta nueva historia se centra en cuatro horas en la vida de R. Es un tiempo que no quedaba recogido en Un perro, y esta es la salida que el autor ha decidido darle, situándonos en la cena familiar que tiene lugar con motivo del cumpleaños de Fer.

Contaba Alejandro que al escribir siempre teme quedarse en lo superficial de las historias que cuenta, que esta vez buscaba algo breve e intenso. Creo que lo logra con creces, al menos en mi caso, ya que al llegar al final no pude contener las lágrimas. También habló sobre cómo ha sido trabajar con el ilustrador Fernando Vicente, sobre las luces y sombras de ser escritor...
En definitiva, estamos ante una historia breve sobre las ausencias,
el dolor, la recuperación, y el amor de nuestras mascotas más allá de lo
terrenal. La edición, en tapa dura, es preciosa, una joyita ideal para
regalar en estas fiestas que se aproximan.
Y ya en lo personal, volvió a sorprenderme las cosas en las que coincido con Palomas. Sirva solo de ejemplo que Fernando Vicente, junto con Iban Barrenetxea son mis ilustradores favoritos del panorama nacional actual, o comprobar que no estoy loca y que no soy la única que ha hablado en diversas ocasiones con su madre y le ha pedido por activa y por pasiva que el día que deje de estar haga lo necesario para enviar algún tipo de inequívoca señal que signifique que está bien. Creo que nuevamente dejo claro que me encuentro incondicionalmente palomizada. Y que dure.
Me ha gustado mucho. Una historia muy bonita.
ResponderEliminarPero ¿es para niños o para adultos?
ResponderEliminarPara adultos, perdón por la confusión. El premio se lo han dado por otro título, que tampoco tengo claro que sea para jóvenes.
EliminarLas ilustraciones son preciosas... Y yo también he buscado esas señales en alguien muy cercano que se me fue hace poquito, no sois los únicos.
ResponderEliminarUn beso
Hola!!
ResponderEliminarParece un libro muy bonito.
Un saludo :)
Tengo en mi lista Un perro, pero cuando vi este me apeteció mucho e iba a leerlo en breve; después de leerte y de advertir que es mejor haber leído antes los otros, lo dejaré esperar hasta que haya leído por lo menos Un perro.
ResponderEliminarun beso.
Me ha encantado el detalle de la ilustración que incluyes en la reseña. ¡Y yo sigo sin haber leído nada de Alejandro Palomas! Definitivamente, tengo que poner remedio. ¡Tantas críticas positivas no pueden estar equivocadas! Un saludo.
ResponderEliminarLa verdad es que parece precioso.
ResponderEliminarUn beso
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarComo siempre ando desordenando todo, empecé por Un hijo, y la verdad que no me pareció tan genial como esperaba. Creo que el imprescindible es Una madre. Debo decir que me gusta más cómo habla que cómo escribe pero claro, me baso solo en esa lectura. Los perritos como que no, cierto es que las ilustraciones son preciosas y no me cabe duda de que el relato es conmovedor pero no lo veo para mí.
ResponderEliminarBesos
Con Palomas me estrené con Un hijo y fue un flechazo. Me atraen mucho el resto de títulos que tiene publicados, este que nos traes por supuesto también. Te haré caso y leeré los anteriores antes que este.
ResponderEliminarPor cierto, ¡qué bonita iniciativa el festival!
Un besin
Y yo sigo sin estrenarme con este autor! Ays, a ver cuándo le pongo remedio!
ResponderEliminarBesotes!!!
Alejandro Palomas es para mí una de las plumas imprescindibles, así que sin duda le daré una oportunidad. Besos
ResponderEliminarTodo lo que he leído del autor hasta el momento me ha gustado y este libro tiene una pinta increíble: estoy deseando acercarme a Las dos orillas lo antes posible. 1beso!
ResponderEliminarEstas Palomizada pero no es un pecado, eso tiene absolución segura.
ResponderEliminarSí que estás palomizada y no me extraña porque una sola vez que le he visto ha causado ese efecto en mí. Aún no he leído Un perro, lo haré en breve. No tengo perdón y este que traes irá detrás.
ResponderEliminarBesos
Que edición más bonita!! Tengo otros pendientes del autor antes, pero este también me parece una cucada
ResponderEliminarBesos
Ya sabes que me encanta este autor, que Marilú, Cris y tú me palominasteis ;-) Así que no me sorprende nada la maravilla de este nuevo libro, y que le otorgasen el premio nacional de literatura infantil y juvenil. De lo que no tenía ni idea es de que las iustraciones fuesen tan bonitas, no conocía el trabajo de Fernando Vicente. Pero hay algo más en lo que volvemos a coincidir, querida Meg: Barrenetxea es uno de mis ilustradores favoritos. Bss
ResponderEliminarHe leído a Palomas mucho menos de lo que me gustaría. Tengo en casa un par de libro sin leer aún!! Esto tiene que ser delito. Este libro también me gustaría... vamos, que fue verlo y enamorarme. Besos
ResponderEliminarPues debo de ser de los pocos que no ha leído nada de Alejandro Palomas. Esta novela que reseñas parece atractiva, por lo que nos cuentas en tu reseña. De él tengo pendiente Una madre. A ver qué impresiones me causa cuando la lea. Besos.
ResponderEliminarEs precioso :)
ResponderEliminarCreo que soy de las pocas que no ha leído nada suyo, ni le ha oído hablar, así que, pido perdón de rodillas dándome golpes de pecho, y prometo enmendar mi error. Quizás estas navidades sea un buen momento para hacerlo. Gracias por informarme sobre él. Abrazos.
ResponderEliminarMe gusta cómo escribe y si además hay canes de por medio, lo leeré seguro.
ResponderEliminarAbrazo!
Dios mío... acabo de perder a mi perrita y me emociono mucho con esta historia. Espero que lo traigan a Colombia, porque según lo describes sé que sí o sí tengo que leerlo.
ResponderEliminarA mi también me ha encantado, me emocionó mucho y me ayudó también. Lo bien que escribe este hombre.
ResponderEliminarUn beso!
Yo voy la semana que viene a la presentación en Madrid. Tengo muchas ganas :) A ver si me da tiempo a leer el libro antes de ir...
ResponderEliminarCuando éramos pequeñas mi abuela siempre nos decía que el día que muriese volvería para contarnos cómo era aquello. El día que murió, hace poco más de un año, lo recordamos todas las primas, y nos reímos de ello. Hasta donde yo sé aún no ha venido, pero yo no pierdo la esperanza de volver a verla... Creo que estas cosas son bonitas y de alguna manera nos preparan para lo que pasará en el futuro.
Besos!