Los puentes de Madison, de Clint Eastwood.

 " Si quiere cenar conmigo cuando las luciérnagas estén volando, venga esta noche cuando haya acabado, a cualquier hora".

He aquí una de mis películas favoritas, con uno de mis directores favoritos y con mi actriz de cine actual favorita. Sí, en este post, nuevamente, no voy a ser objetiva; es más, ni lo voy a intentar. Esta película da mucho juego en las tertulias que tienen lugar entre mis amigos y yo, los chicos del grupo nos suelen acusar a las chicas de ser parciales y tener doble moral, de justificar una infidelidad cuando normalmente en la vida real no lo haríamos, y es que ésta es una historia de amor de las que llega al alma, que te invita a replantearte muchas cosas y no juzgar a nadie hasta no ponerte en su lugar ( y ni siquiera entonces ).

Los puentes de Madison (Clint Eastwood, 1995),  cuenta la historia de Francesca (Meryl Streep), una mujer que ha renunciado a sus sueños para cuidar a su marido e hijos. Lleva una vida apacible y monótona en una granja de Madison, hasta que un fin de semana en que su familia sale a una feria de ganado, conoce por casualidad al fotógrafo Robert Kincaid (Clint Eastwood),  que le pedirá ayuda para localizar el puente objeto de su reportaje para la revista en la que trabaja. El encuentro inesperado entre ambos cambiará sus vidas para siempre. La presencia de Robert despierta en Francesca sentimientos olvidados: el deseo de la vida a la que renunció y que podría llegar a tener, el deseo de no sentirse ninguneada, el ser mujer además de madre y esposa, el sentirse viva y atractiva, en una madurez que tiene mucho que ofrecer todavía y ahora es consciente de ello.

Todas estas sensaciones causarán en la protagonista una lucha interior y un conflicto de sentimientos que harán que ya nada sea igual en su vida. Ésta es una historia de amor en mayúsculas, el amor entre dos personas pertenecientes a mundos radicalmente opuestos, ese amor que te deja sin aliento, que te conmueve, que te deja marcado para siempre. Una historia sencilla y a la vez intensa, profunda. Inolvidable. Meryl Streep y Clint Easwood están soberbios en sus interpretaciones.

SPOILER: 

Meryl Streep logra que te pongas en su pellejo, aunque nunca te haya sucedido algo parecido, aunque nunca te hayas visto en su situación o en su desgarrador dilema, consigue conectar contigo, que empatices con ella y sientas su dolor e impotencia, y ello mediante secuencias claves:

* Cuando va al pueblo con su marido en el día lluvioso y se encuentra con el coche de Robert cuando ya se va. El coche se detiene en el semáforo, unos segundos en los que Francesca se vuelve a replantear la decisión tomada. Unos segundos donde ve cómo se va la vida que le habría gustado tener, y todo ello sin palabras, sólo con gestos, lágrimas y un dudoso conato de salirse del coche agarrando fuertemente el tirador de su puerta mientras el semáforo se pone en verde y él (Robert) sigue parado mirando por el retrovisor y dándole la oportunidad de cambiar su decisión. Una escena en la que se te encoge el corazón, en la que estás sintiendo lo que siente Francesca.

* Cuando Francesca se encuentra ya en casa intentando retomar su vida normal al regresar su familia y percibes cómo intenta sobrellevar su sufrimiento interno, ocultando las lágrimas de la vista de sus familiares por los que se ha sacrificado.

* Cuando su marido cae enfermo y reflexiona sobre su matrimonio, le dice a Francesca que puede que no le haya dado la vida que esperaba, pero que la ha querido y la quiere. Ella tiene la sensación entonces de estar en paz, de haber hecho lo correcto. Puede que el sacrificio haya merecido la pena, aunque ya sea demasiado tarde para retomar el contacto con Robert.

* Cuando sus hijos conocen todo lo sucedido a través del diario de su madre y van cambiando de opinión sobre ella conforme avanzan en la lectura. Cuando ya han pasado muchos años y ya no están los protagonistas Entonces te das cuenta de que la vida pasa en un soplo, y que no hay que dejarla escapar. Hay que intentar ser feliz mientras dure.

FIN SPOILER.

Todo lo hasta aquí dicho hace de esta película una maravillosa, única, emocionante, y devastadora historia de amor que todo el mundo debería ver ¿No creéis? Os adelanto que Marilú y yo os traeremos una sorpresita relacionada con esta entrada...