“Solo podemos ser felices si lo somos todos,
solo seremos libres si todos los somos”
Hace ya bastante tiempo que las colaboraciones son excepcionales en el blog. Esta es un ejemplo. La propuesta llegó hace bastante tiempo, acepté, pese a saber que no era un libro para leer en cualquier momento y sabiendo que tardaría en hacerlo (como así lo avisé). Miguel Griot (Salamanca, 1976) ha colaborado en la web del diario El Mundo. Tiene varias publiaciones. Es voluntario de la Cruz Roja y esta es su primera novela.
Sabía quién era Iqbal, sabía de qué me iba a hablar este libro, y por eso no cualquier momento me parecía el adecuado. Iqbal Masih podría ser a priori un niño cualquiera, pero no lo fue. Nació en Pakistán, en el seno de una familia pobre, lo que les obliga a recurrir, siendo él muy pequeño, al régimen del "paishgee", una especie de préstamo, habitual allí, mediante el cual las familias obtienen un dinero a cambio del trabajo de sus hijos, y cuando hablamos de trabajo, hablamos de niños haciendo frente a jornadas de doce horas, sin descansos casi de ningún tipo y en unas condiciones atroces, como sucedió a nuestro protagonista, que fue "alquilado" a un taller de alfombras, sometido a tales exigencias que creció de forma anormal, desarrollando el cuerpo y la salud de un anciano cuando solo era un niño.
De una forma original y mediante capítulos breves, Miguel Griot nos ofrece una visión de las costumbres y la vida en el país, y nos presenta a Iqbal mediante los testimonios de todos aquellos que le conocieron: familia, amigos, empresarios...
Desde el primer momentos sabes que Iqbal fue un niño muy especial. Pese a crecer en una sociedad en la que el "paishgee" y la esclavitud son habituales, pese a no tener formación alguna, no saber leer ni escribir, él sabe que es injusta su infancia, sabe que no hay derecho a que los niños vivan como viven, sabe que está mal, y quiere cambiar su destino y el de los demás. Por eso, cuando se cruza en su vida la campaña de una organización de defensa de los Derechos Humanos que lo libera, Iqbal no duda implicarse para hacer valer sus derechos y su dignidad, dedicando su vida a rescatar a otros niños, aprendiendo rápido a leer y a escribir, conviertiéndose en un símbolo de protesta contra la explotación, advirtiendo a occidente que no se compraran esas alfombras...consiguiendo, en definitiva, que el mundo se fijara en los niños esclavos de Pakistán.
Hay momentos en los que necesitas parar para asumir lo que estás leyendo, para gestionar el golpe a tu conciencia. Hay momentos muy emotivos, como el que describe el día caluroso en que Iqbal decide no ir a trabajar para darse un baño en un lago. Sabe las crueles consecuencias de ese acto, pero nada le impide bañarse, mirar al cielo, reírse y disfrutar del chapuzón. Y es que siempre fue un valiente.
Una biografia novelada muy interesante, dura y esperanzadora a la vez, que te acerca a este pequeño gran héroe, un icono y un referente en la lucha contra la explotación infantil.
En su momento lo descarté por su dureza y aunque tengo la sensación que me gustaría de momento no me animo.
ResponderEliminarUn beso
Vaya historia más potente. Creo que necesaria pero hay que encontrar su momento para leerlo.
ResponderEliminarUn abrazo
Lo leí hace tiempo y es una historia muy dura de un gran luchador. Creo que al final no escribí la reseña, a ver si recupero las anotaciones y le doy su espacio en el blog.
ResponderEliminarBesos
Me gustó este libro y pienso que deberian leerlo en los colegios. Sí, es una historia dura pero creo que los jóvenes de hoy en día deberían conocerla y debatirla, y por ello se la recomendé a los tutores de mis hijas.
ResponderEliminarUn beso
La vida de Iqbal es merecedora de libros y libros que la den a conocer. Voy a buscar este libro. Gracias por traernoslo.
ResponderEliminar¡Yo también haré por comprármelo...!
ResponderEliminar¡Gracias!
Hola guapa,
ResponderEliminarLo tengo en casa pero me pasa un poco como a ti, no encuentro el momento de enfrentarme a una lectura tan dura.
Un beso
Hola Ro,
ResponderEliminar(¿puedo decirte Ro? a dos amigas con tu nombre las llamo así, espero no te importe el atrevimiento).
La tengo fichada desde hace mucho, y sé que es un libro que me dolería, pero me abriría los ojos, y me has recordado que ha pasado el tiempo y no lo he leído, así que me lo voy a reanotar de nuevo.
Me alegra que hayas encontrado ese momento que necesitabas para ello.
Besos.
A veces viene bien leer este tipo de libros cuando nos da por quejarnos de todo, te hacen ver cosas. Pero también es cierto que no se puede leer en cualquier momento, hay que tener un mínimo de fortaleza para encajar el golpe que sabes que trae.
ResponderEliminarLo demás ya no hace falta que te lo diga.
Besos
Es una historia estremecedora y dura pero tan bonita, y nos enseña tanto ese pequeñajo. Aunque hayas tardado veo que has podido disfrutarla, si es que esa es la palabra para esta novela tan tremenda.
ResponderEliminarBesos
Tiene que ser una gran lectura pero también es necesario que el momento sea el apropiado, lo apunto aunque no sé cuándo lo leeré pero muchas gracias por compartirlo, me parece muy importante que se cuente aunque duela.
ResponderEliminarBesos
Jo, qué duro esto que nos cuentas. No conocía el libro y creo que es importantísimo que se de a conocer, así que gracias por la reseña. No sé si lo leeré, pero lo tendré presente. Creo que va a ser de esos libros que se me queden en la memoria hasta que lo termine leyendo...
ResponderEliminarBesos!
Pues me pasa lo que a ti, que estoy intentando encontrarle el momento. En mi caso me tocó en un sorteo, y quería leerlo (sigo queriendo... mucho), pero no acabo de encontrarle el hueco. He leído de todo, incluso que el libro está narrado de tal manera que no llega mucho a la patata, pero yo creo que eso es muy personal. Y cada uno conectamos de una manera con lo que estamos leyendo. Del año que viene no pasa que lo lea, espero que sea lo antes posible.
ResponderEliminar¡Besote!
Una historia dura, bastante dura, pero que merece la pena leer.
ResponderEliminarBesotes!!!
Estoy de acuerdo contigo. Es una historia que merece la pena leer.
ResponderEliminarYo no sé qué me ha pasado con este libro que todos habláis maravillas y que oye, no sé, a mí es que no me atrae, no me apetece... Y te digo que es raro porque es el tipo de historias que suelen gustarme pero se me ha enquistado creo.
ResponderEliminarBesos.
Lo tengo en casa y no encuentro el momento para ponerme con él.
ResponderEliminarUn beso ;)
Me encantó la forma de narrar del autor y desde luego la historia es una autentica pasada.
ResponderEliminarDisfruté mucho de esta novela. Besos
ResponderEliminarHe oído hablar muy bien de este libro, y aun así no es lo que me pide el cuerpo ahora, se ve así triste y crudo.
ResponderEliminarUn beso ;)
Creo que en las dos últimas líneas de tu reseña, expresas claramente lo que significa esta novela. Tardé un poco el leerla, porque me imponía un cierto respeto, por la temática que trataba; pero una vez comencé su lectura, me atrapó la historia y, sobre todo, la estructura de la novela, un gran acierto por parte del autor. Besos.
ResponderEliminarYa he leído otras reseñas sobre este libro. Sé que casi estamos obligados a conocer esta realidad, porque necesitamos ser conscientes de nuestra suerte, pero se me hace tan tan duro el sufrimiento de los niños que no me veo capaz. Abrazos.
ResponderEliminarLo leí hace meses y me llegó totalmente, una historia dura pero muy necesaria
ResponderEliminarBesos
A todos os gustó mucho esta novela y a mí sin embargo nunca me llamó especialmente. Besos
ResponderEliminarPues no coincidimos, la verdad, a mí no me despertó tantos sentimientos y me faltó emoción y drama. Eso sí, ofrece una visión global de la historia de Iqbal genial.
ResponderEliminarUn saludo,
Laura.